28 may 2013

Galletas “Premio”


Hacía algún tiempo que no decoraba galletas con glasa, y no recordaba lo que me relaja hacerlo. Este fin de semana las he vuelto a hacer. Y para una causa divertida!

Desde hace unos años, doy clases en un Máster (relacionadas con mi trabajo) a post-universitarios. Siempre me ha gustado mucho la docencia, y cuando tengo oportunidad, participo en estas cosas, que además me hacen estar en contacto con mucha gente muy interesante. Y como parte de esas clases, les puse hace un mes unos ejercicios retándoles con ganar un súper premio… Mi clase tiene 30 alumnos y están divididos en grupos de 6. Bueno, pues de los dos ejercicios que estaban premiados, los ganadores fueron dos grupos diferentes. Al principio pensé comprarles alguna tontería, pero luego se me ocurrió hacerles unas galletas decoradas. Siempre lo he dicho: me encanta regalar galletas decoradas porque son un regalo que conlleva mucho cariño; pensar el tema, hacer las galletas, decorarlas y empaquetarlas especiales para la ocasión.

Y decidí hacer unos niños (en concreto 9 niñas y 3 niños, que se correspondía con los ganadores). Disfruté muchísimo haciéndolas (me ha vuelto a enganchar lo de decorar galletas!), y sobre todo, me encantó la cara que pusieron ayer cuando se las dí.



Ayer tenía mi última clase del año con ellos e hicimos la entrega de “premios”. Les encantó el detalle, y muchos se la comieron sobre la marcha (alguno la quiso guardar de recuerdo). Os dejo unas fotos para que las veáis también.



Un beso fuerte y ya mismo estoy de vuelta con más cositas!

Natalia 

21 may 2013

Merengues de sabores


Hoooooola…. ¿seguís ahí?

Si me estáis leyendo….muchas gracias por ser tan fieles! No es que me haya olvidado del blog, pero es que he estado una semana completa “recluida” en una formación en Londres sin ordenador! Eso si, me ha encantado la experiencia: una de las formaciones más especiales de las que he tenido en mi vida. Y de lo más útil! Y aunque estaba relacionada directamente con mi trabajo, también podré aplicar algunas de las cosas que he aprendido al mundo galletil. Esa es la explicación para mi “desaparición transitoria”.

Y claro, después de tantos días desconectada del mundo repostero, este fin de semana me he dado una sobredosis de cocinar, y sólo el domingo hice un bizcocho, una tarta de queso, cake-pops y unos merengues de sabores! Eso si, lo he repartido todo, que yo ya estoy en plena operación biquini.

Estaba deseando estrenar un polvo liofilizado de frambuesa que compré hace un tiempo y para ello decidí repetir estos merengues que hice hace ya bastante, pero antes de hornearlos los espolvoreé con un colador y el polvo de frambuesa.


Quedaron muy ricos, y sobre todo, resultaron una idea estupenda para preparar algunos regalitos que quería hacer.


Los metí en bolsitas de celofán...


de papel...


y en cajitas blancas que luego se pueden envolver también con celofán transparente.


Me ha encantado la experiencia del polvo de frambuesa: y otra cosa que estoy utilizando mucho últimamente es la pasta de sabores. Me compré una de fresa en Foodecora (de la marca Home Chef) y ya he visto que la tienen también de otros sabores (piña. mango, mora, manzana, leche merengada, chicle!!!...), así que seguiré experimentando. Ya os contaré.


Bueno, ya es martes. Ya queda menos para el fin de semana! Yo os dejo por hoy, pero volveré pronto.

Muchos besos!


Natalia 

7 may 2013

Pastel de Zanahoria y Manzana


¿Preparados para una de mis batallitas???

Hace algunos años, estuve trabajando mucho en Suiza. Los lunes por la mañana me cogía un avión de Madrid a Basilea, trabajaba allí toda la semana y los jueves por la tarde me volvía a casa. En aquel momento volaba con una compañía que se llamaba Crossair. Me encantaban los vuelos! Bueno, es que en realidad me vuelve loca todo lo relacionado con los aviones: los aeropuertos, conocer los distintos tipos de avión, meterme en cabina cada vez que puedo (que ahora es más difícil, desde el 11S, pero todavía lo consigo de vez en cuando!!)…

A Basilea volaba en un “Embraer” de la compañía Crossair, que según tengo entendido es el único avión comercial que tiene ventanilla en el baño. Ja, ja…era genial!!! Mirad, eran éstos:


¿Y por qué os digo que me encantaban esos vuelos? Porque salía muy pronto de Madrid, y en invierno me gustaba sentarme calentita en el avión y disfrutar de las 2 horas y pico de viaje. Y los jueves cuando volvía, pues qué deciros! Cuando uno está de vuelta a casa, siempre es un placer.

Y es que una de las cosas mejores que tenían los vuelos de Crossair era el servicio a bordo. Era la época dorada en la que no te cobraban por nada y encima te daban de desayunar y de cenar estupendamente. Vaaaaaale…..¿y por qué os cuento todo esto? Pues porque en uno de los viajes de vuelta, como parte de la merienda que nos pusieron, nos dieron el mejor pastel de zanahoria que he comido en mi vida!

Aunque no os lo creáis, yo nunca había tomado pastel de zanahoria (es que no me llamaba nada la atención…) y desde aquel día, se ha convertido en uno de mis favoritos! Pero si os tengo que ser sincera, nunca he vuelto a tomar uno tan rico. Si que es verdad que con aquella merienda nos dieron un folleto donde explicaban que el catering de aquella semana era “especial” porque celebraban “no se qué” aniversario y estaba hecho siguiendo las recetas de chefs suizos de renombre.

Y todo este rollo para contaros que esta semana hice un pastel de zanahoria y manzana! 


Voy con la receta…

Ingredientes
125 gr de harina
Medio sobre de levadura en polvo
2 huevos
40 gr de azúcar
40 gr de mantequilla
2 zanahorias
1 manzana Golden
125 ml de leche semidesnatada

Se pelan las zanahorias y se trocean. Se cuecen en agua con una cucharada de azúcar. Cuando estén blanditas, se cuelan y se machacan con un tenedor.

Se levantan las claras a punto de nieve y se reservan. En un cuenco aparte se mezcla la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar, se bate bien y luego se añaden las yemas, la leche y la harina tamizada junto con la levadura. A continuación se añaden las zanahorias machacadas y la manzana Golden cortada en daditos muy pequeños. Por último se incorporan las claras a punto de nieve.

Se pueden utilizar moldes individuales y hacer unos pastelitos o bien un molde rectangular para cortar porciones en el momento de servir.

Se hornea durante a 25-30 minutos a 160º. Se sirve frío y decorado con azúcar glas. Yo lo acompañé con unas natillas caseras, y resulta una combinación muy agradable!


Y antes de despedirme, os cuento mi plan de celebración del pasado Miércoles: nos fuimos a Córdoba, a comer en uno de los sitios que más me gusta, El Churrasco. Hummm… me muero por sus berenjenas rebozadas y su salmorejo!!!!!!!!!!!!! Córdoba estaba precioso y con el día tan bonito que nos hizo, disfrutamos muchísimo la excursión.

Y ahora ya os dejo…por ahora! Un beso muy fuerte!!

Natalia